La primera de las fases establecidas en la norma internacional ISO 31000 para iniciar un proceso de gestión del riesgo integral es la de iniciar un sistema de comunicación y consulta a todas las partes interesadas.
La participación de las partes interesadas en el proceso de gestión de riesgos nos ayudará a:
Por último, la ISO 31000 recomienda que las partes interesadas contribuyan durante todo el proceso y a lo largo del tiempo para que éste sea eficaz.